miércoles, 29 de agosto de 2007

¿Hay lugar para una vida ecológica en esta ciudad?

¿Quién ha probado en alguna ocasión un vino ecológico? ¿Y un buen plato de salchichas vegetarianas? Existe un buen número de razones para hacerlo: razones de salud, de sostenibilidad, de solidaridad, etcétera. Y también existe un buen catálogo de lugares donde hacerlo en Madrid. Por ejemplo, en Ecocentro, cerca de Cuatro Caminos, que es restaurante vegetariano, herbolario, librería, tienda de productos frescos, tienda de cosméticos... Otro de estos centros multidisciplinares es El Vergel, que se encuentra en el Paseo de la Florida. Precisamente hoy, en este lugar, las cervezas ecológicas se encontraban a mitad de precio. En el restaurante tienen un menú por 8,80 euros, el cual puede consultarse diariamente a través de la página web del centro, y de verdad que la calidad merece la pena. Eso sí, no se olviden de reservar mesa, para evitar una espera de hasta 25 minutos (¿Quién dijo que Madrid quedaba vacío en agosto?).

Entre los mercados ecológicos se halla en auge el de los cosméticos. Básicamente, estos productos se diferencian de los convencionales en la ausencia de pruebas en animales, en el uso de aceites vegetales (y no derivados de petroquímicos) y en que todas las esencias son de cultivo biológico. De entre estos productos, los más extendidos son los de la marca Weleda. Una compradora de este tipo de productos es Raquel, de 32 años, quien abandonaba la tienda de Ecocentro con una bolsa cargada de cosméticos, pan y bases para pizza (en la foto). Todo ello estrictamente biológico. Otro de los sectores más vivos en la actualidad es el del vino ecológico, en el que destacan los caldos de Albet i Noya.

Uno de los obstáculos para el desarrollo de una existencia ecológica puede ser el precio de algunos productos, superior al de los convencionales. Sin embargo, Gerardo, uno de los trabajadores de Ecocentro, asegura que la diferencia merece la pena. Otro inconveniente es la escasez de comercios de este tipo, problema que, desde el punto de vista de Gerardo, se solucionará dentro de algunos años, con la extensión de la conciencia ecológica. Pues eso, a ver quien se anima a crear un bar de tapas ecológicas, por ejemplo. Ese día podrá hablarse de la integración entre la vida ecológica y la vida urbana, como sucede en otros lugares del mundo, como en San Francisco. Y tú, ¿qué haces para integrar la ecología en tu cotidianeidad?

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