martes, 28 de agosto de 2007

Un poco de Umbral

Madrid ha perdido a uno de sus mejores retratistas, al tiempo que el periodismo dice adiós a una de las principales figuras del columnismo. El legado de Francisco Umbral es una extensa y hermosa colección de artículos periodísticos, ensayos y novelas que dan cuenta de la magnitud y la influencia de este personaje. Pero además de por sus letras, Umbral siempre será recordado por su actitud. Y es que todas las personas, y especialmente los periodistas, deberían armarse con al menos un poco de su irreverencia, un poco de su imprevisibilidad y un poco de su literatura.

Como intérprete de la ciudad de Madrid, Umbral lega un texto hermoso y brillante, escrito con los trazos ágiles y los destellos de quien empuña un florete, el de la literatura, en la Trilogía de Madrid. En este libro de memorias, el autor narra los inicios de sus andanzas en un Madrid canalla y literario. Lo que consigue Umbral es una obra moderna, sin dejar de lado su esmerado manejo del lenguaje (clásico y popular, a la vez) y sin dejar de describir una realidad de cafés y literatura que hoy día huye de las calles de la capital. Si Nueva York puede presumir de que Paul Auster escribió su trilogía, Madrid puede competir y presumir orgullosa del verbo de Umbral.

Otro momento cumbre de su producción, que da cuenta de la versatilidad de este autor, es Mortal y rosa, una sobrecogedora obra de tono lírico y una de las más brillantes verbalizaciones del pesar y la tristeza. Una muestra de que el dolor no siempre está reñido con la hermosura. En total más de 80 obras literarias y más de 40 años de producción periodística que sirven para situar a este incomparable escritor en un lugar de privilegio en la memoria de Madrid.

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