miércoles, 5 de septiembre de 2007

Agricultura solidaria y sin intermediarios

Cada cesta, por regla general, las comparten entre dos o tres personas

Igual suena un tanto radical, pero los hay que quieren que la igualdad, el comercio justo y estas cosas todas ellas muy de moda se extiendan también a su alimentación. Llamadlos extremistas, pero ellos lo tienen claro: comen mucho más sabroso.


Cooperativas como "¡Bajo el Asfalto está la Huerta!" (BAH!), "Surco a Surco" (SaS) o "El Atochar" reúnen en Madrid a gente de distintas edades que han preferido optar por lo que ellos llaman un consumo responsable, en el que el agricultor cobra un precio justo sin que por ello se encarezcan los productos, ya que se ahorran a todos los intermediarios, y las verduras y hortalizas van directamente del productor al consumidor final. Esto para Sergio, miembro de una de estas cooperativas, tiene una ventaja básica: "Sabes lo que se está produciendo, quién y cómo".


Para alcanzar este control, los grupos de trabajo (los agricultores) y los de consumo se reúnen en asambleas periódicas tanto para informar como para decidir: entre todos (y con una especial y lógica relevancia de los agricultores y, en general, de los que tienen más formación agraria) establecen qué productos y aproximadamente en qué cantidades se van a cultivar en cada temporada.


Porque, tal y como explica una de las participantes de estas organizaciones, la temporalidad es un elemento muy importante para ellos. Todo este proyecto no es simplemente para ayudar económicamente a los agricultores, sino que los fundamentos ideológicos van más allá: el cultivo fuera de temporada exige infraestructuras (invernaderos), usos (intensivo) y productos (pesticidas y fertilizantes químicos) que contaminan e impiden la regeneración natural de los nutrientes del suelo.


Esto implica una desventaja clara: muchos usuarios tienen que complementar esta compra "responsable" con la compra cotidiana en el súper, tal y como hacen aquellos a quienes les gusta disfrutar de un mismo producto todo el año.


Por otro lado, éste no es el único inconveniente. Virginia y Cristina, usuarias de este sistema, confiesan que es más incómodo ir a recoger los productos al punto acordado que al supermercado de casa; además, según ellas, los alimentos duran menos, precisamente porque se cultivan y venden sin conservante alguno; y la verdad, resulta ligeramente más caro que la compra tradicional: "Hombre, es que no se hace por el dinero, pero sí, supongo que al mes te gastas unos 5 o 7 euros más que en el súper", reconoce Virginia.



También hacen actividades de concienciación como la venta de camisetas



Aun así, este sistema sale más barato que las llamadas tiendas ecológicas, como la sección específica de El Corte Inglés o del Mercado de las Ventas. Según una miembro del grupo de trabajo de una de las cooperativas, "la comida ecológica en estas tiendas es sólo para algunas èlites", aunque Virginia, de El Atochar, prefiere pensar que si estos negocios son más caros es porque tienen los gastos lógicos asociados a un comercio, y no porque haya de fondo un objetivo abusivo de enriquecimiento.


Estas cooperativas, por su parte, se mantienen (al margen de pequeñas actividades de recaudación y de aportaciones solidarias) básicamente con la cuota fija que pagan los consumidores al mes y que les da derecho a una cesta semanal, siempre de 6 kg en el caso de El Atochar y variable en función de la producción tanto en Bah! como en SaS, donde reparten entre todos los consumidores el total de los cultivos, de manera que frecuentemente pesa más la cesta de verano que la de invierno.


Pero aparte de esperar su cesta semanal, los grupos de consumo también colaboran simbólicamente en la producción. "El sábado verde" o "el domingo verde" son jornadas mensuales en las que consumidores voluntarios acuden a los campos de cultivo, ayudando a los agricultores en los momentos en que más trabajo haya, aprendiendo los entresijos de las labores del campo y, sobre todo, creando un espacio de convivencia entre todos los que forman la cooperativa.

1 comentario:

Lily Allen dijo...

I'm personally a big fan of madridst blog. Thanks for sharing this post.
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