Mi bici es tu bici... y la de todos

Imagen de Ciclística Muggiano

"Vélib", ése es el nombre de la última tendencia parisina: una moda de metal, plástico y caucho, todo ello en tonos grises y formas aerodinámicas, adecuada para cualquier ocasión..., especialmente para cuando llegas tarde: "Vélib" es el nuevo sistema de micro-alquiler de bicicletas que, por lo visto, está revolucionando el transporte en París.

Cierto que esta vez la capital francesa no marcha a la vanguardia: sistemas de este estilo funcionan desde hace años en Amsterdam, Copenhague o Viena -donde el concepto se parecía al de los carritos de supermercado: metías una moneda para llevarte la bici y te la devolvía al dejarla en un aparcamiento-, y en Francia Lyon fue la pionera. Pero, si no son los primeros, por lo menos quieren ser los más grandes: ya funcionan 800 aparcamientos y 10.600 bicicletas, cifra que el ayuntamiento pretende duplicar para finales de año.

Lejos de la megalomanía parisina, Barcelona cuenta también con sus bicis populares, aunque con cifras más allá de una mayor modestia: inaugurado en marzo, el "bicing" -como le han bautizado los catalanes- cuenta para estas alturas con 1.500 bicicletas y 100 puntos para dejarlas y recogerlas. Así pues, ya tenemos un precedente, una vez más Barcelona nos devuelve a Europa, pero ahora qué, ¿qué pasa con Madrid? ¿Sería viable algo semejante?

Amigos, familiares y demás personajes absolutamente desautorizados con los que he hablado sobre el tema siempre han pensado que de establecerse un sistema de micro-alquiler de bicis, éstas durarían día y medio, bien robadas, bien simplemente destrozadas. Sin embargo, Pilar Rivero, portavoz de Pedalibre, está convencida de que funcionaría: hay muchos sistemas para proteger las bicis (en París congelan una fianza de 150 euros a través de la tarjeta de crédito que se desactiva al devolver la bici; en otros lugares utilizan fichas o lo hacen a través del teléfono móvil) y sólo habría que encontar el más adecuado para nosotros. De hecho, en Alacalá de Henares funciona ya el préstamo de bicis desde marzo.

Juan Merallo, compañero de Pilar en Pedalibre, insiste en que el servicio de micro-alquiler sería un éxito si antes se ponen las condiciones necesarias para usar la bicicleta; vamos, un carril bici en condiciones. Según él, la gente está deseando poder montar en bici por la ciudad con tranquilidad, y un buen indicador de ello fue el último Día de la Bici, que según él reunió a una enorme cantidad de gente (de hecho, dice que el Ayuntamiento proclamó 500.000 asistentes, pero las exageraciones del Ayuntamiento tampoco son raras, ¿no?).

Pero esas condiciones no existen todavía, y, aunque creo que debe ser también algo exagerado, Juan pone una calificación muy deprimente a las infraestructuras ciclistas en Madrid: "de 0 a 10, 0'5". Para intentar mejorar esta nota el Ayuntamiento ha desarrollado el Anillo Verde y, sobre todo, el Plan Director de Movilidad Ciclista (los dos vínculos son a la página oficial del Ayuntamiento sobre el tema, pero más interesante es la detallada explicación del blog es por madrid).

Tanto Pedalibre como la Fundación Movilidad, por boca de Antonio Lucio, director gerente, están muy satisfechos con el proyecto en sí, aunque tiene una pega básica: todavía hay que aprobarlo. Además, Antonio está convencido de que el desarrollo del plan ni será fácil ni estará libre de conflicto, porque hay mucha gente con cierta aversión a las bicicletas (especialmente los conductores que verían reducido su espacio o para circular o para aparcar a cambio de un carril bici), por lo que sugiere no esperar a contar con las infraestructuras para comenzar con una campaña de diginificación de la bici.

Según el Ayuntamienot de Madrid, el 40% de los desplazamientos que se hacen en coche dentro del muncipio son inferiores a 5 km, distancia que se podría recorrer fácilmente en 25 minutos en bici, 20 minutos menos de lo que tarda en cubrirlos de media un coche dentro del primer cinturón urbano. Es decir, moverse en bici es práctico; ahora sólo falta que sea viable.